Quienes os quedasteis con ganas de conocer el desenlace de la historia que comenzó en un artículo anterior, bajo el título "Erase una vez", aquí tenéis la segunda entrega de la historia.
Si queréis recordar el comienzo de la historia, hacer click en el siguiente enlace:
Volvieron ambas apesadumbradas a la oficina y sin las ideas muy claras sobre lo que tenían que hacer, pero sabiendo que no podían ignorar el problema al que se enfrentaban.
Ambas dlijeron: "Hoy no vamos a hacer más al respecto. Lo consultamos con la almohada y mañana nos reunimos para aclarar nuestras ideas".
Con ese pensamiento acabaron su jornada laboral. Mariquita Risueña se fue directa al colegio a recoger a sus hijos que estaban en el horario prolongado, pues nunca conseguía salir a su hora.
Carmen Dichosa (la astuta jefa de formación) se fue al gimnasio, al que acudía en horario nocturno para no fallar a sus clases de zumba.
Acabadas las actividades y antes de irse a dormir, ambas estaban dándole vueltas a cómo encauzar la situación.
Mariquita Risueña compartió su preocupación con su marido, que trabaja como apoderado en una prestigiosa entidad financiera.
Su marido le comentó que ellos habían tenido un Jefe de las características del Gran Ogro Pepe, que les hacía la vida imposible a todos. También se hacía daño a sí mismo, incluso físico, ya que en medio de una de las numerosas broncas que dedicaba a su equipo con frecuencia, sufrió un ataque al corazón, que no se le llevó al "otro barrio" porque estaba en forma ya que acudía al gimnasio todos los días a descargar la adrenalina que aún le sobraba tras las agitadas y maratonianas jornadas de pelea continua.
No se sabe si es porque le vio las orejas al lobo, o porque tuvo mucho tiempo para reflexionar (estuvo casi seis meses de baja y sin contacto alguno con el banco) pero a la vuelta estaba cambiado.
A su regreso al trabajo, el primer día, convocó a su equipo. Les agradeció el esfuerzo realizado por ellos durante su ausencia, al que tuvieron que suplir, porque no fue sustituido durante su baja. Y además lograron cumplir los objetivos del año. La gente no salía de su asombro, pero nadie hizo comentario alguno al respecto.
El, viendo las caras de extrañeza se adelantó a sus pensamientos diciendo "no os esperabais este comentario"; “Os voy a hablar de algo que me ha sucedido durante estos seis meses de baja, primero en el hospital y después en casa”.
Carmen salió sin poder disimular su satisfacción y dirigiendo su mirada a Luisa, le dijo: “por favor, llama a la Escuela del Líder que Guía tu Camino y pídele a la Sra. Clotilde Inspiración que matricule a nuestro jefe en el curso El líder coach que empieza la semana próxima”.
El, viendo las caras de extrañeza se adelantó a sus pensamientos diciendo "no os esperabais este comentario"; “Os voy a hablar de algo que me ha sucedido durante estos seis meses de baja, primero en el hospital y después en casa”.
-“Me pusieron un tratamiento muy estricto, tanto en la dieta como en el ejercicio. Comida sin sal, sin grasa. Nada de alcohol, ni fumar, vamos, vida de cartujo. Y en cuanto a hacer ejercicio, solo bicicleta en casa y muy suave. -Yo, un hombre de acción, haciendo vida de damisela acatarrada-. Sólo pensarlo me volvía loco. Las primeras semanas no dejaba de gruñir y protestar por todo, pero poco a poco la tensión empezó a bajar de forma casi imperceptible. Las horas se sucedían unas tras otras casi vacías, con mucho espacio para pensar. Y así muy poco a poco me fui dando cuenta que me sentía un poco cansado de mí mismo, de mis brusquedades, de mis gritos, de mi impaciencia. Empecé a observar lo que ocurría mi alrededor, tratando de ver a las personas con paciencia y con unos ojos más tolerantes. Lentamente me fui dando cuenta que a medida que estaba menos agitado y mi carácter era menos antipático y regañón también me encontraba menos cansado físicamente y más positivo.
Finalmente, cuando ya me encontraba más recuperado, mi hija me recomendó hacer un programa con un Coach que me ayudara a reorientar mi carrera tras este forzoso parón. Bueno, y aquí estoy. Basta de palabrería y a trabajar!”
Luis Fugaz, el marido de Mariquita Risueña compartió con ella la historia de su jefe mientras ésta le miraba ensimismada, pero de pronto se percató: “un cambio así es conmovedor, pero ¿qué necesitamos, un infarto para mi jefe, o una enfermedad terminal para que comprenda que no puede seguir así?”. Luis le sonrió a su esposa, entendiendo su desazón: ”no, replicó, para una persona con el carácter de tu jefe me parece muy buena idea que haga el curso de la Escuela del Líder que Guía tu Camino”. “¡pero cómo se lo podemos plantear siquiera! El sacó mención de honor en la Escuela de Ogros”. Luis Fugaz, sin perder su proverbial serenidad le sonrió a su esposa afirmando: ”vuestra única posibilidad es mostrarle que con ese curso obtendrá algún beneficio duradero e importante para él”.
Carmen Dichosa atendía una llamada telefónica cuando Mariquita entró como una exhalación en su despacho: ”tenemos que hablar con el Gran Ogro Pepe, tiene que hacer el curso, le tienes que convencer”. De forma atropellada Mariquita le contó a Carmen todo lo hablado con su marido. A ésta se le iluminó la mirada: ”creo que tengo el argumento para convencerle: estuve viendo la lista de asistentes a la próxima edición y están los jefes de las más importantes empresas del país. Le diré que es una ocasión única para él para poder hacer networking”.
Carmen salió resuelta hacia el despacho del Ogro. En ese momento Elvira Hacendosa, la controller salía dando un portazo y musitando “este hombre es insoportable”. Carmen recibió una fiera mirada a modo de buenos días, pero iba decidida a no amilanarse y sin ser invitada a hacerlo decidió sentarse y utilizar todos sus argumentos para aplacar el agrio temperamento de su jefe.
Por la cristalera Mariquita Dichosa y Luisa Humana miraban con incredulidad cómo los insistentes braceos del Ogro fueron tornando poco a poco en una conversación normal en la que se movía con rapidez, como era normal en él, pero ya no daba sus famosos puñetazos en la mesa. “los argumentos de la Jefa de Formación están funcionando”, pensó Mariquita.
Carmen salió sin poder disimular su satisfacción y dirigiendo su mirada a Luisa, le dijo: “por favor, llama a la Escuela del Líder que Guía tu Camino y pídele a la Sra. Clotilde Inspiración que matricule a nuestro jefe en el curso El líder coach que empieza la semana próxima”.
Continuará….
Juan Bueno
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